
Seong Gi-hun es un hombre aficionado a los juegos de azar, especialmente a las carreras de caballos. Atrapado en una enorme deuda y con serios problemas económicos, vive con su madre e intenta mantener una relación cercana con su pequeña hija. Sin embargo, la falta de dinero lo desborda hasta que su destino lo cruza con un misterioso hombre que le ofrece participar en un extraño juego donde podría ganar una fortuna. Antes de aceptar, debe soportar una brutal golpiza como prueba para determinar si es digno de competir. Lo que Seong Gi-hun no imagina es que necesitará toda su astucia y habilidad para sobrevivir y llegar hasta el final.
→ NO TE PIERDAS EL ANÁLISIS DE ESTA ICÓNICA SERIE
LA TRAMA DE LA SERIE
La trama de “El Juego del Calamar” se centra en un grupo de más de 450 personas que, debido a sus problemas económicos, aceptan participar en un juego donde la recompensa es una suma millonaria. Sin embargo, no se trata de un juego convencional: solo uno de los participantes podrá sobrevivir para reclamar el premio, que asciende a 45 mil millones de wones, es decir, aproximadamente 31 millones de dólares.
Un tema central en la serie es la codicia humana y hasta qué punto una persona, cuando se encuentra en una situación de desesperación económica, es capaz de cruzar límites en busca de dinero. ¿Hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar, incluso a cometer atrocidades, si la recompensa económica fuera lo suficientemente grande?
Uno de los aspectos que genera debate es cómo la serie utiliza juegos infantiles, inicialmente inofensivos, para desencadenar situaciones de extrema violencia. Este giro no solo es impactante, sino que también refleja una crítica a una sociedad que, algunos analistas sugieren, se encuentra cada vez más infantilizada. En este sentido, “El Juego del Calamar” podría verse como una representación de adultos que se refugian en el juego, buscando evadir responsabilidades mediante placeres inmediatos y superficiales, bajo la manipulación de una élite que favorece este comportamiento, ya que prefieren lidiar con individuos fáciles de manipular en lugar de con personas críticas y conscientes.
Mientras tanto, en el trasfondo de la serie, se observa a una élite ajena a las dificultades de los participantes, representada por los VIPs que observan el juego desde un palco, enmascarados y distantes de la brutal realidad de los concursantes. Esta élite, aburrida de su riqueza, busca en el juego una forma de escape en la violencia y el placer morboso.
ANÁLISIS PSICOLÓGICO DE LA SERIE
Esta producción explora una etapa fundamental en el desarrollo humano: la infancia. Al situar los juegos infantiles como eje central de la trama, la serie no solo busca generar nostalgia en el espectador, sino también contrastar la inocencia de la niñez con la brutalidad de la supervivencia en un sistema despiadado. A lo largo de la historia, se nos presentan personajes que atraviesan distintas formas de vulnerabilidad, como enfermedades graves, pobreza extrema, migración forzada y entornos de violencia. Algunos, incluso, padecen trastornos emocionales o han crecido en sistemas de opresión que han moldeado su manera de ver el mundo.
Además de abordar la vulnerabilidad humana, la historia también expone el abuso de poder y la deshumanización ejercida por quienes se encuentran en posiciones privilegiadas. A lo largo de la serie, se muestra cómo aquellos que están en la cima de la jerarquía social pueden utilizar a las personas más desfavorecidas como meros objetos de entretenimiento. Este tipo de representación pone en entredicho la dignidad humana y deja en evidencia un sistema que premia la competencia despiadada en lugar de la cooperación.
Un elemento recurrente en la serie es el uso de símbolos geométricos, como círculos, triángulos y cuadrados, los cuales aparecen en las tarjetas de invitación y en los uniformes de los guardias. Estos símbolos tienen un significado profundo. En el juego que da nombre a la serie, originario de Corea del Sur en las décadas de 1970 y 1980, se dibujaba en el suelo una figura que se asemeja a un calamar, formada por un cuadrado central con dos triángulos a los lados y círculos en los extremos. Algunos análisis sugieren que estos elementos representan la estructura social: el cuadrado simboliza a la mayoría de la población, es decir, la clase trabajadora; los triángulos representan a los grupos privilegiados con mayor poder e influencia; y los círculos, a las personas en situación de pobreza y exclusión.
Otro aspecto importante dentro de la trama es la aparente libertad de elección de los participantes. Se establece una norma en la que, si más de la mitad de ellos decide abandonar el juego, este se cancelará. Sin embargo, la historia nos muestra cómo, incluso fuera de la competencia, la vida sigue siendo una lucha constante para ellos. La falta de opciones reales los empuja de vuelta al juego, demostrando que, en un sistema profundamente desigual, la libertad puede ser solo una ilusión. ¿Qué tan libre es alguien que, por necesidad, se ve obligado a tomar decisiones extremas?
ANÁLISIS SOCIOLÓGICO DE LA SERIE
Uno de los elementos más simbólicos de la serie es la pérdida de identidad de los jugadores. A cada participante se le asigna un número y se le obliga a vestir un uniforme idéntico al del resto, eliminando cualquier rastro de individualidad o historia personal. Se trata de una representación clara de cómo, en ciertos entornos, el sistema busca homogeneizar a las personas, reduciéndolas a meros engranajes dentro de una maquinaria más grande. Este anonimato forzado no solo borra la identidad de los jugadores, sino que también refuerza la idea de que todos están en igualdad de condiciones dentro del juego, aunque en realidad esto sea una ilusión.
Por otro lado, los guardias que supervisan la competencia visten uniformes rosas y ocultan sus rostros con máscaras, lo que les otorga un aura de autoridad deshumanizada. Su función es clara: mantener el orden y eliminar a quienes no cumplen con las reglas. Su comportamiento puede relacionarse con el “Experimento de Milgram”, un estudio sobre la obediencia en el que se demostró que personas comunes pueden llegar a cometer actos crueles si reciben órdenes de una figura de autoridad. Al permanecer en el anonimato y al ser solo ejecutores de órdenes, los guardias no sienten culpa ni cuestionan sus acciones, pues la responsabilidad parece diluirse dentro de la jerarquía del sistema.
Otro aspecto visualmente impactante de la serie es su estética. Los colores contrastantes entre los jugadores (verde) y los guardias (rosa) refuerzan la dicotomía entre opresores y oprimidos. Asimismo, la enorme muñeca que protagoniza el primer juego no es solo un ícono cultural de Corea del Sur, sino también un símbolo de vigilancia y control absoluto. Su presencia representa la mirada implacable de un sistema que observa cada movimiento y que no permite errores.
LA NATURALEZA DE LA SERIE
La serie pone en primer plano el papel crucial del dinero para satisfacer las necesidades básicas. Este elemento, que debería ser solo un medio, se convierte en el motor que impulsa decisiones irracionales. A través de la trama, el dinero se posiciona como el principal actor, demostrando que está intrínsecamente vinculado a nuestra supervivencia dentro de la sociedad y moldea nuestra forma de actuar en ella. Este fenómeno nos obliga a cuestionarnos sobre su influencia en nuestras vidas. ¿Es tan poderoso el dinero que estaríamos dispuestos a sacrificar nuestros principios morales? ¿Hasta qué punto nuestra vida diaria y el comportamiento hacia nuestros seres queridos están regidos por esta necesidad de poder económico?
La serie parece querer reflejar la sociedad competitiva en la que vivimos. A través de la narrativa, se muestran personas que, al principio, luchan por superar las dificultades cotidianas, pero que terminan atrapadas en una constante vulnerabilidad, sin importar los esfuerzos que hagan. Esta competencia feroz, aunque ficticia, promete a los jugadores que, si están dispuestos a todo, al final podrán transformar sus vidas.
LO QUE FUNCIONÓ Y LO QUE NO
Las series como "El Juego del Calamar" pueden tener un impacto negativo en la forma en que las personas perciben la violencia, ya que pueden desensibilizarlas y hacer que minimicen sus consecuencias. Este tipo de contenido puede reducir la empatía y, en consecuencia, aumentar la indiferencia frente a la injusticia social. Un aspecto relevante es cómo los soldados encargados de llevar a cabo los asesinatos son jóvenes, lo que puede influir en la conducta de los menores, ya que estos podrían intentar imitar sus comportamientos o buscar aprobación de sus compañeros.
Otro punto importante en la serie es el trato hacia las mujeres, que a menudo son consideradas una carga dentro de los juegos y excluidas de las alianzas. Este tipo de discriminación puede tener un impacto negativo, especialmente en los más jóvenes, quienes, al carecer de un pensamiento crítico completamente desarrollado, pueden interpretar estos comportamientos como normales. Esto podría trasladarse a situaciones cotidianas, como en actividades escolares, donde las niñas podrían ser menospreciadas por no ser percibidas como "lo suficientemente fuertes".
¿QUÉ MENSAJE NOS DEJA?
La serie presenta una reflexión sobre las decisiones impulsivas bajo presión, algo que muchos de los participantes experimentan. En situaciones extremas, como las que se viven en los juegos, donde no solo está en juego el dinero sino también la vida, las emociones pueden llevar a cometer errores. Un claro ejemplo es el del puente de cristal, donde uno de los jugadores empuja a otro por el miedo de quedarse sin tiempo.
El condicionamiento psicológico juega un papel importante a lo largo de la serie. Desde el inicio, los participantes son incentivados con dinero si siguen las instrucciones, pero también enfrentan castigos si no lo hacen. Esta dinámica refuerza conductas, y a medida que avanzan en el juego, el dinero aumenta, lo que refuerza la idea de que el sufrimiento puede llevar a recompensas. Esto establece un patrón donde los participantes, a pesar de las dificultades y riesgos, continúan con la esperanza de obtener una recompensa.
EPÍLOGO
“El Juego del Calamar” va más allá de ser solo un fenómeno de entretenimiento, ofreciendo valiosas lecciones sobre la condición humana y las dinámicas sociales. La serie muestra cómo la desesperación puede hacer que las personas comprometan sus principios, como se ve en personajes como Cho Sang-woo. También resalta el valor del trabajo en equipo, donde las alianzas aumentan las probabilidades de sobrevivir.
Mi calificación para “El Juego del Calamar”, es un 10 PELADO Investiga.
La empatía, ejemplificada por Seong Gi-hun, tiene un impacto duradero y puede inspirar a otros en situaciones difíciles. La serie denuncia la desigualdad social, reflejando cómo las estructuras están diseñadas para beneficiar a los más poderosos. Además, plantea que el dinero no resuelve todos los problemas, ya que la estabilidad emocional y las relaciones humanas son fundamentales. “El Juego del Calamar” también destaca la importancia de enfrentar las consecuencias de nuestras decisiones y reflexionar sobre nuestras metas y valores, mostrándonos la resiliencia humana frente a la adversidad.

→ Fecha Estreno: 17/09/2021
→ Título: Squid Game
→ Duración: 60 minutos
→ País: Corea del Sur
→ Dirección: Hwang Dong-hyuk
→ Género: Serie de TV; Thriller; Intriga; Distopía; Supervivencia
El PELADO Investiga