LA GUERRA DE LOS MUNDOS


En un Marte moribundo, sus habitantes buscan sobrevivir lanzándose a la Tierra en cápsulas que los astrónomos interpretan como meteoritos. En California, el Dr. Forrester, un destacado científico, es convocado para estudiar uno que impacta cerca mientras pesca. Tres lugareños, al intentar acercarse con una bandera blanca, son incinerados por un rayo de fuego desde el interior. Poco después, la cápsula se abre y libera máquinas marcianas de guerra que comienzan a arrasar la zona. Pronto, estos devastadores artefactos emergen en distintas partes del mundo, sembrando la destrucción. Los militares despliegan todo su arsenal, incluida una bomba atómica, pero son incapaces de detener la imparable tecnología de los invasores.

LA TRAMA DE LA PELÍCULA
“La Guerra de los Mundos” 1953, dirigida por Byron Haskin y producida por George Pal, traslada la clásica novela de H.G. Wells a la California contemporánea de los años cincuenta. La historia comienza cuando un misterioso meteorito cae cerca de un pequeño pueblo estadounidense. Pronto, el científico Dr. Clayton Forrester, interpretado por Gene Barry, y la bibliotecaria Sylvia Van Buren, interpretada por Ann Robinson, descubren que el objeto no es natural, sino una nave alienígena que alberga seres marcianos hostiles.

Estos invasores despliegan poderosas máquinas de guerra, equipadas con rayos de fuego destructivos y escudos energéticos impenetrables. La humanidad, impotente ante la avanzada tecnología de los alienígenas, se enfrenta a una ola de destrucción masiva que alcanza grandes ciudades en todo el mundo. Mientras las fuerzas militares, incluidos los ataques nucleares, fallan en detener a los invasores, la población se ve consumida por el pánico y la desesperación.

En medio del caos, Forrester y Sylvia encuentran refugio en una iglesia, donde los marcianos parecen a punto de tomar el control total. Sin embargo, su derrota llega de manera inesperada: los extraterrestres sucumben a las bacterias terrestres, para las cuales no tienen inmunidad, destacando la fragilidad incluso de la tecnología más avanzada frente a las fuerzas naturales de la Tierra.

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ANÁLISIS PSICOLÓGICO Y CONTEXTO DE LA ÉPOCA
Las historias de extraterrestres, en esencia, son historias sobre nuestra propia humanidad. En particular, los relatos de invasiones al estilo de “La Guerra de los Mundos” exploran cómo reaccionamos ante un adversario que supera con creces nuestras capacidades militares y sociales. Este arquetipo narrativo resurge constantemente, adaptándose a cada época con variaciones que revelan las ansiedades y esperanzas del momento. Es esta conexión con los miedos y deseos humanos lo que hace que sigamos revisitando esta historia, una y otra vez, bajo nuevos enfoques y contextos históricos.

“La Guerra de los Mundos” de H.G. Wells, puede interpretarse como una alegoría del imperialismo victoriano enfrentándose a una fuerza tecnológica inconmensurablemente superior. En su adaptación cinematográfica de 1953, este mensaje se transforma en una reflexión sobre la vulnerabilidad del nacionalismo estadounidense en la incierta Era Atómica de la posguerra. Aunque se introdujeron modificaciones significativas, la película logra trasladar la esencia del libro a un contexto diferente, permaneciendo fiel al espíritu de la obra original.

Un elemento destacable es la perspectiva internacional que introduce el filme, algo que el libro apenas aborda. Mientras Wells omite detalles sobre cómo otros países enfrentan la invasión, la película incluye escenas que muestran la devastación en diversas ciudades del mundo, aunque mantiene el enfoque principal en los acontecimientos ocurridos en Estados Unidos. Esta actualización amplía el alcance del relato sin perder su esencia central.

SOBRE EL DIRECTOR
“La Guerra de los Mundos” fue producida por George Pal, quien incursionó en el cine de acción real con producciones como “Con destino a la Luna” (1950) y “Cuando los mundos chocan” (1951). Estas cintas de ciencia ficción destacaron por sus impresionantes efectos especiales y el uso del color, aunque en el aspecto dramático podían sentirse algo rígidas. Gracias a estas obras, Pal se consolidó como una de las figuras más reconocidas del género en la década de 1950, y posteriormente continuó con una serie de películas icónicas como productor e incluso director.

Aunque Pal y H.G. Wells compartían ciertas ideas, como el optimismo hacia los avances tecnológicos y la visión de una sociedad inclusiva, sus enfoques diferían profundamente. Pal, ferviente creyente y contrario al socialismo, solía incluir elementos religiosos en sus filmes. Mientras en “Destino a la Luna” este tema era sutil, en “Cuando los mundos chocan” encajaba naturalmente al estar basada en una narrativa con inspiración bíblica, similar al relato del Arca de Noé.

Por su parte, Wells, aunque a menudo malinterpretado como ateo, tenía una perspectiva religiosa propia. Era crítico de las religiones organizadas, pero abogaba por un pensamiento secular. En 1917, expuso sus reflexiones en el libro “Dios, el Rey Invisible”, explorando sus conceptos de espiritualidad y creencias personales.

CONFLICTOS INTERNOS DE LOS PROTAGONISTAS
En términos de desarrollo humano, el largometraje no profundiza mucho en los personajes, algo que coincide con el libro, donde el narrador no tenía ni siquiera un nombre. Sin embargo, las imágenes que creó H.G. Wells en su obra, como las máquinas de guerra y la desesperación del narrador, se ven reflejadas en la película con momentos igualmente impactantes.

Por ejemplo, la figura del pastor Martin reemplaza al sacerdote del libro, pero su representación es opuesta. En lugar de reflejar debilidad o miedo, se aferra a la posibilidad de que no estén más allá de la redención. Martin es un personaje valiente que camina hacia las máquinas marcianas con una Biblia en la mano, recitando el Salmo 23, solo para ser desintegrado por el rayo alienígena. Esta escena, marcada por la intensidad visual de la "cabeza de cobra" de las máquinas y el sonido ominoso, es una de las más memorables del filme.

En este contexto resulta curioso observar cómo, en la novela de H.G. Wells, se describe a los marcianos como seres que podrían tener cierta semejanza con los humanos terrestres, pero que han experimentado un proceso de involución física. Por otro lado, en la versión de George Pal, los alienígenas son presentados como "primitivos" debido a la naturaleza anémica de su sangre, lo que podría interpretarse como un intento de subrayar su desconexión con la línea evolutiva humana. Este detalle añade una capa adicional a la caracterización de los extraterrestres, reforzando la idea de que son completamente ajenos y opuestos a nuestra especie.

Otro cambio significativo es la expansión de una escena del libro en la que el narrador se esconde con un sacerdote en un sótano. En esta versión, el clérigo es sustituido por un científico y una joven, quienes enfrentan una tensa situación cuando una sonda marciana y, posteriormente, un propio extraterrestre, irrumpen en su refugio. Este momento, aunque diferente al texto original, se volvió tan emblemático que muchos llegan a confundirlo como parte de la novela.

LA NATURALEZA DE LA PELÍCULA
“La Guerra de los Mundos” se consagró como el referente indiscutible del cine sobre invasiones alienígenas. Antes de su estreno, varias producciones ya habían explorado esta temática con gran impacto, como “El enigma de otro mundo” (1951), “El día que la Tierra que se detuvo” (1951) y, unos meses antes, el 22 de abril de 1953, “Invasores de Marte” y “Vinieron del Espacio (Llegó del más allá)” estrenada el 05 de junio del mismo año. Sin embargo, ninguna utilizó la fórmula que definió el género. En “El enigma de otro mundo”, el alienígena está confinado en una base en el Ártico; “El día que la Tierra que se detuvo” presenta a Klaatu, un alienígena pacífico que señala el miedo humano como la verdadera amenaza. Fue “La Guerra de los Mundos” esta icónica película estableció a los invasores extraterrestres como una amenaza global, convirtiéndose en la piedra angular del cine de ciencia ficción de los años 50.

Cabe destacar la adaptación radiofónica de Orson Welles el 30 de octubre de 1938, en la que transmitió una dramatización presentada como un boletín informativo, causando pánico entre los oyentes que creyeron en la veracidad del evento.

LA NATURALEZA DE LA NOVELA
“La Guerra de los Mundos” reúne diversas inquietudes del siglo XIX que, sorprendentemente, conservan su relevancia en la actualidad. Esta obra va más allá de ser un simple ejemplo temprano de “romance científico”; es una crítica mordaz al materialismo, el capitalismo, la religión y, en especial, al imperialismo británico de la era victoriana.

En la novela, los marcianos representan una alegoría de la clase alta imperialista: parásitos y explotadores, similares al Conde Drácula, personaje creado por Bram Stoker el mismo año de publicación de “La Guerra de los Mundos” (1898). Mientras que el icónico conde, símbolo de un pasado feudal aristocrático, busca colonizar Londres para su propia especie, los marcianos son una versión más avanzada: industrializados, intelectuales y tecnológicamente superiores. La fecha del aterrizaje del primer cilindro proveniente del planeta rojo, es el 12 de agosto, conocido como el “Doce Glorioso”, tiene carga simbólica, pues marca el inicio de la temporada de, una actividad reservada a la clase alta británica. Aquí, sin embargo, la humanidad se convierte en la presa de una nueva aristocracia alienígena.

La novela invierte roles sociales para explorar conceptos de dominación biológica e imperialismo, mostrando cómo estas ideas, diseñadas para endurecer a los victorianos frente a amenazas externas, se convierten en una sátira del dominio británico. Incluso el destino de los marcianos, aniquilados por bacterias terrestres, funciona como una advertencia a los capitalistas: su avaricia y falta de cooperación con los subordinados llevaron a su ruina. Wells refuerza esta crítica al mostrar cómo las personas, al huir de los marcianos, cargan obsesivamente con posesiones materiales, reflejando la superficialidad de la sociedad occidental.

“La Guerra de los Mundos” sigue siendo una alegoría poderosa para nuestra época, influenciando obras como “El día que la Tierra se detuvo” (1951), que critica las persecuciones ideológicas de la era McCarthy, la icónica “La Guerra de los Mundos”, más allá de ser una historia de aventuras o una guerra entre humanos y extraterrestres, la novela refleja el conflicto entre el proletariado y la burguesía, convirtiéndose en una metáfora de la lucha de clases. Wells utilizó esta obra para exponer las tensiones morales y dilemas sociales de la Gran Bretaña victoriana en su ocaso, convirtiéndola en una exploración progresista de los valores de su tiempo y un testimonio perdurable del fin de siglo.

LO QUE FUNCIONÓ Y LO QUE NO
El filme sigue de cerca varios eventos del libro: desde el impacto de los meteoritos, el desenroscado de los cilindros y el devastador rayo de fuego, hasta la aparición de las máquinas alienígenas. Sin embargo, se introdujo un detalle acorde a su época: la radiación, descubierta poco después de la publicación del libro por Marie Curie en 1898, lo que aporta un toque contemporáneo a la narrativa.

La película también introduce un subtexto religioso más evidente, influido por las creencias de George Pal, el productor, quien era conocido por incorporar temas espirituales en sus obras. Esto contrasta con el enfoque de H.G. Wells, quien describía el desenlace del libro, donde los marcianos son derrotados por bacterias, como una ironía más que una declaración religiosa. Sin embargo, en la adaptación, esta ironía se pierde y se transforma en un mensaje literal que refuerza un subtexto espiritual.

Un ejemplo de esto es la frase que pronuncia la protagonista: "Me siento como una vez cuando pequeña. sola y con mucho miedo. me perdí. no me acuerdo porqué. la familia y los vecinos me buscaban. Me encontraron en una iglesia. Temía ir a otro lugar. Me quedé cerca de la puerta, pidiendo que me encontrara quien me quería más". Este momento resulta irritante para algunos seguidores del pensamiento socialista de Wells. En esa misma línea, el final muestra cómo las naves marcianas se desploman cerca de una iglesia, mientras un grupo de sobrevivientes canta himnos en agradecimiento.

¿QUÉ MENSAJE NOS DEJA?
La película “La Guerra de los Mundos” deja múltiples mensajes profundamente conectados con el contexto histórico y social de su época, al tiempo que aborda temas universales. Uno de los principales mensajes es la importancia de la unidad colectiva ante amenazas existenciales. Cuando el doctor Forrester identifica el peligro que representan los marcianos, se despliega un esfuerzo conjunto que incluye a científicos, militares y comunidades trabajando al unísono. Esta cooperación global enfatiza que, frente a un enemigo común, las diferencias deben ser superadas para garantizar la supervivencia de la humanidad.

EPÍLOGO
“La Guerra de los Mundos” de George Pal se consolidó como un referente clave en la ciencia ficción cinematográfica, marcando el inicio de una oleada de películas sobre invasiones alienígenas y platillos voladores. Este éxito dio paso a títulos clásicos icónicos, como “Vinieron del Espacio (Llegó del más allá)” y “La Tierra contra los platillos voladores”. Aunque la adaptación cinematográfica de Pal se aleja en varios aspectos de la novela de H.G. Wells, su influencia en el cine y el género de la ciencia ficción es incuestionable.

Mi calificación para “La Guerra de los Mundos”, es un 10 PELADO Investiga.

“La Guerra de los Mundos” no solo fue una obra bien estructurada y meticulosamente dirigida, sino que también destacó por sus innovadores efectos especiales y diseños de sonido, los cuales merecieron un Oscar. Estos elementos, ahora icónicos, fueron imitados en numerosas producciones posteriores. Esta es una película obligada para los fanáticos de la historia del cine y la ciencia ficción.

Ficha Técnica
→ Fecha Estreno: 13/08/1953
→ Título: The War of the Worlds
→ Duración: 85 minutos
→ País: Estados Unidos
→ Dirección: Byron Haskin
→ Género: Ciencia ficción; Thriller; Extraterrestres; Serie B; Catástrofes; Película de culto
→ Actores icónicos: Gene Barry; Ann Robinson






El PELADO Investiga

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